QUIERO IR A MEDIACIÓN
Eran las 9 de una fría mañana de otoño. Como la mayoría de los días, tras dejar a mis hijos en la escuela, fui al bar de siempre a tomar mi segundo café del día. Las otras madres no habían podido quedarse. Al estar sola, mi mente se dirigió de inmediato a los problemas de mi matrimonio. Aunque mi decisión de terminar la relación ya era definitiva, se me hacía un mundo todo el papeleo, los abogados, el juzgado. Y en esas estaba cuando de repente escuché por casualidad a dos padres que como yo se tomaban el café tras dejar a sus hijos. Uno de ellos le hablaba al otro de la mediación familiar como forma voluntaria y pacífica de resolver la ruptura de la pareja, que tenía muchísimas…